miércoles, 22 de agosto de 2012

Aquella aparatosa "inauguración" del canal Pomona-San Antonio Oeste



Ocurrió hace 40 años, el 20 de agosto de 1972, y marcó casi el punto final para “la larga historia del agua” de San Antonio Oeste. Esa frase, que se reproduce entre comillas, corresponde al título de una publicación de la serie “Rescatando ayeres, historias y crónicas de San Antonio Oeste”, que publicaba la disuelta Comisión Municipal de Asuntos Históricos de San Antonio Oeste, bajo la conducción del doctor Juan Carlos Irizar.


La portada de ese boletín, aparecido en diciembre de 2001, está ilustrada con la reproducción de un afiche oficial que fue muy difundido por entonces, hace cuatro décadas. Es la imagen fotográfica de una caramañola de explorador, que tiene un trozo de cuero recubriéndola y una leyenda grabada con fuego: “Canal Pomona San Antonio, 20 de agosto, 72, provincia de Río Negro”.

El referido afiche, un hallazgo creativo del fotógrafo y periodista Tomás Gurmandi realizado en aquel entonces por encargo del gobierno provincial, fue el emblema de un acto oficial ampliamente promocionado por diversos motivos. La ansiada obra que se inauguraba constituía indiscutiblemente un hito muy trascendente para el despegue definitivo de San Antonio Oeste. Pero la fecha prevista para su habilitación no era para nada casual, porque estaba sobre el límite del calendario pre electoral fijado por el dictador militar Alejandro Agustín Lanusse para que los gobernadores y otros funcionarios renunciaran a sus cargos si aspiraban a postularse como candidatos en los comicios del año siguiente.

El general Roberto Vicente Requeijo había llegado a la provincia de Río Negro en setiembre de 1969 para suplantar en la gobernación al ingeniero Juan Antonio Figueroa Bunge después de los violentos hechos conocidos como el “cipoletazo”. Su gestión como gobernador militar estaba jalonada de hechos pintorescos y se creía poseedor del carisma necesario como para ser beneficiado por el voto popular, por eso armó el gran espectáculo del 20 de agosto de 1972, como acto final de su administración antes de presentar la renuncia y lanzarse de lleno a la arena política como candidato por su Partido Provincial Rionegrino.

Las fotos que ilustran el referido boletín histórico de San Antonio Oeste muestran al gobernador Requeijo, acompañado por el intendente Celso Breciano y el ministro de Obras Públicas, ingeniero Juan Carlos Suárez, en el momento del descubrimiento de la fuente que simbolizó la llegada del agua a San Antonio, la misma que hoy se conserva enfrente de la plaza y la sede municipal de la localidad.

La portada del periodico “La Nueva Era”, también reproducida en esa publicación, muestra una impresionante marea humana acompañando los actos. Después de los discursos de Breciano, Suárez y Requeijo se inauguró la mencionada fuente, obra realizada especialmente por la artista plástica barilochense Dolores Fállada y en los galpones de la Cooperativa Comsal se sirvió un gran asado popular.

Para completar la fiesta hubo números artísticos, con la actuación de Los Huanca Hua, Los Cantores del Alba, Luis Landriscina, Jaime Torres y Mercedes Sosa.

Una larga historia llegó a su fin en aquella cálida jornada de fines del invierno de 1972, pero no todos los problemas del abastecimiento indispensable de agua potable quedaban resueltos. La realidad es que ese mismo día de la promocionada inauguración el canal todavía no traía agua y es bien sabido que se recurrió al truco de descargar varios camiones aguateros en el acueducto, para dar la impresión de que el flujo era normal.

Hubo nerviosismo y reclamos en San Antonio Oeste, se formó la denominada Comisión Permanente del Agua y el Departamento Provincial de Aguas fue paulatinamente resolviendo problemas, se terminó el canal, fueron reparando las fugas y se aseguró el servicio.

Juan Carlos Suárez, verdadero factotum de la importante obra, escribió un artículo para “Rescatando ayeres” en el 2001 donde recordaba que en setiembre de 1968 Requeijo –que acaba de asumir como interventor de la provincia- le ordenó la suspensión de las obras del canal, que en rigor todavía no habían comenzado.

“Insisto con mi renuncia (al cargo de superintendente del Departamento Provincial de Aguas) pero previamente deseo una audiencia especial para exponer los fundamentos del canal. Se me otorga para los próximos diez días en que logro exponer en cuatro horas los fundamentos e importancia del canal Pomona-San Antonio Oeste, las posibilidades de financiamiento, metodología constructiva, efectos para el sudeste rionegrino, entre otras cuestiones del proyecto. El resultado fue que el gobierno provincial aceptó el desafío y Requeijo decidió continuar con la obra, dedicándose en más a convencer a las autoridades nacionales” relató el ingeniero Suárez.

Los trabajos empezaron efectivamente en mayo de 1970, después de resolverse una serie de complicadas situaciones burocráticas, licitaciones anuladas y otros problemas. Fue en su momento el canal revestido más largo de la Argentina con sus casi 190 kilómetros y se lo terminó en poco más de dos años. Una verdadera demostración de capacidad y decisión.

Ese fue el punto final para la larga historia del agua, cuyos primeros antecedentes se remontaban a marzo de 1910 con la inauguración del ramal ferroviario entre San Antonio y Valcheta y la puesta en funcionamiento de los trenes aguateros.

El drama de la falta de agua en San Antonio, una obra ciclópea que venció al desierto, la picara decisión política de Requeijo de inaugurarla horas antes de su renuncia al cargo para ser candidato, los festejos, la fuente con las manos de las que fluye el agua del progreso, son datos de una misma realidad, que apuntalan nuestra identidad regional.


Las ilustraciones de esta nota, de arriba hacia abajo: el afiche promocional de la inauguración (en la tapa de una publicación de la Comisión Municipal de Estudios Históricos de San Antonio Oeste); el momento mismo, aquel 20 de agosto de 1972, cuando el gobernador Requeijo, el intendente Breciano y el titular del DPA, Juan Carlos Suárez, descubren la escultura alusiva de Dolores Fállada; la gran comida en uno de los galpones de COMSAL acondicionado para tal finalidad; el tanque de la aguatería, restaurado  en el año 2009 por la Municipalidad de San Antonio Oeste y la referencia histórica existente en el lugar.