La actividad de las lanchas cazoneras fue muy importante en el puerto de Carmen de Patagones durante gran parte de la década de los años '40 (del siglo 20), y generaba la contratación de un número importante de trabajadores: los arriesgados pescadores por un lado y quienes procesaban los peces (en plantas instaladas en Villa Morando y Villa Mazzini) para extraerles el hígado, que después se enviaba a la industria farmacéutica. El muelle de Patagones era un hervidero de gente cuando las lanchas volvían de su faena en alta mar. Todo aquello comenzó a declinar hacia fines de septiembre de 1948, cuando una fuerte tormenta provocó el naufragio de cuatro embarcaciones y la desaparición en el mar de 24 tripulantes.